viernes, 7 de julio de 2017

Te quiero




















Te quiero, pero odio las promesas que quedaron en el aire.
Te quiero, pero odio cada abrazo que aún no nos dimos.
Te quiero, pero temo acercarme y sentir frío.
Te quiero, pero odio que no estés cuando más lo necesito.
Te quiero, pero no quiero seguir sufriendo.

¿Para qué?


















¿Vivir para qué, para tener que morir?
¿Soñar para qué, para tener que despertar?
¿Amar para qué, para volver a sufrir?
¿Volar para qué, para tener que caer?
¿Reír para qué, para luego llorar?
Pues no importa, las veces que mueras, que caigas, que te desveles o que llores.
Lo mejor será vivir con valentía, y que duela lo que tenga que doler, que ya llegará la esperanza y la alegría.
Porque más vale vivir al límite, que estar muerto en vida.