miércoles, 14 de diciembre de 2016

Te acercas o te vas




Podría amputarte de mi vida como al que le cortan un brazo porque no está sano, pero se que sufriría, y sufro por tenerte a la vez que no.

Eres algo intermedio, distante y un puente entre mi corazón y mi cordura, a veces me saturas, me desquicias y no se porque me aferro tanto a ti, si en el fondo es de esperar que todo acabe mal.
No pretendo adelantarme a nada, tampoco te idealizo demasiado, quiero verte sin anestesia, pero sentirte más cerca, tan solo eso.

Que no hayan ningún tipo de dudas y nos lancemos como aquel que se lanza al vacío sin miedo, por puro placer y por la necesidad de sentir esa adrenalina.

Te conviertes en una droga necesaria, que me engancha y me hipnotiza, pero sin embargo a veces siento ese frío que a ratos nos distancia.

Sólo quiero tenerte entre mis brazos, charlar por horas bajo la luz de la luna, rozar tus labios y tu piel, y sobre todo, sentir ese calor que se que guardas y entregarte poco a poco mi corazón que aún envuelto y dañado te espera con ansia.

Gris niebla

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¿Por qué ese nudo en la garganta y esas ganas de gritar? 
¿Por qué esa pesadumbre que no te deja respirar?
¿Por qué vas vagando sin rumbo fijo y sin más? ¿Por qué...?

A veces se te nubla la vista, sientes que no puedes más, que ciertas cosas pierden su sentido y que no puedes avanzar.
Sientes como una especie de puñal amenazándote con cruzar tu vida, y van pasando los días y  las noches y la penumbra se adueña de tu vida.

Quisiera cruzar el horizonte hacia otro mundo, para encontrar donde se esconde el mar y saber que habrá más allá de las nubes. 
Unos sabios hablan del arco iris al final de la tormenta, otros dicen que el caos te perseguirá por el resto de tu vida.

Pero lo mejor es saber sobrellevar nuestras batallas y buscar algo que nos motive, ante todo, nunca perder la esperanza.