lunes, 22 de abril de 2019

Como la seda





















Quiero un amor a la antigua,
a fuego lento y sin prisas.

Con canciones y poemas,
con caricias y sin problemas.

Un amor de los que se sueñan,
que te hacen vibrar y despertar.

Con días llenos de luz, y otros días grises,
pero que todo con paciencia se amortice.

De esos amores a los que no les pesan los problemas,
que no haya miedo a luchar contra viento y marea.

Un amor lleno de ternura y comprensión, 
de saber estar y pedir perdón.

Donde juguemos como niños y reíamos como locos,
con cartas y flores, y pasión a raudales.

Sin condiciones, con dulzura y realista,
donde mutuamente brillemos como artistas.

No retorno













Soy la eterna pasajera
de las relaciones a medias.

Y siempre me pregunto...
¿Por qué la vida me presenta
una oportunidad y me la arrebata?

Siempre vuelvo al punto de partida, a un no retorno.
Donde todas las canciones parecen la misma,
y nada sale del todo redondo.

Condenada a vivir a medias,
a soñar con pies de plomos,
a futuros inciertos,
a un caos amoroso que parece no tener fin.

Patatina













En el cole Patatina,
los niños juegan cada día.

Un gran patio lo rodea,
donde juegan y corretean.

Tienen cobayas saltarinas,
a las que alimentan y cuidan.

Un pequeño huerto al sol, 
que riegan y plantan con amor.

En el patio hay un parque y un gran jardín, 
es un bonito sitio para jugar y ser feliz.

Sus primeras amistades, juegos, canciones,
cuentos, y el aprender riendo, 
hacen de esta guardería el lugar perfecto.

Niños y bebés aprenden sus primeras lecciones, 
se superan cada día, 
y se ayudan de canciones.

Profesoras llenas de amor y pasión por el mundo infantil, 
que reparten su cariño para enseñar, a la vez que sonreír.

*Poesía dedicada a la guardería Patatina, lugar donde hice las prácticas y me encantó.