Yo no pretenendo ser tu Julieta,
ni la Cenicienta a la que esperas
hasta las 12 de la noche.
Ni espero un príncipe azul
que me rescate de mi propia rutina.
Aunque nos hagan soñar,
los cuentos son para los niños.
A mi me basta con caminar contigo al amanecer,
al atardecer, o por la noche.
Y que nuestras manos se entrelacen con fuerza,
pero sin presión.
Se que no existe una primavera eterna,
que las estaciones cambian,
así como la vida y sus acontecimientos.
Pero si hay algo que tengo claro es que puedes contar conmigo,
en las buenas, en las malas y en las peores.
Y que por y sobre todas las cosas,
te acepto tal y como eres y te quiero con locura.
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