Dale
una segunda oportunidad a tu vida y a tu felicidad.
Sin la necesidad de quedarse atrapado en el pasado y en la soledad.
Sin la necesidad de quedarse atrapado en el pasado y en la soledad.
Ríe
más que nunca, como si no hubiera un mañana, ni un ayer.
Salta
en los charcos que se forman en la calle tras la tormenta, y por nada
del mundo pierdas tu esencia.
Sal
a la calle despeinada y sin maquillar, o en tacones y con tu mejor
vestido, pero nunca dejes de brillar.
Mira
al pasado con nostalgia y sin tristeza, que después de todo, algo
bueno queda.
En
definitiva: vuelve a reír por todo, busca tu brillo y sacalo a
relucir con tu mejor sonrisa, que con esa actitud, algo bueno estará
por llegar.
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