Silencio, que no quiero oir ningún ruido ni respirar demasiado fuerte.
Silencio, que se queman mis entrañas y muero lentamente.
Silencio, que se apaga la luz de mi cabeza y todo se oscurece.
Silencio, que se me clavan mil puñales y siento como escuecen.
Silencio, que estoy viva pero con los ojos cerrados.
Silencio, que aún vivo pero me mata el desengaño.
Silencio, quiero morir un ratito y luego despertar.
Silencio, que se que volveré a subir y a volar.
Silencio, que me matan pero sigo en pie como un roble.
Que oscurece, pero llegará la luz... SILENCIO!
Que dolor tan infinito es el que causa una decepción, que intenso y que mortal, esa herida no se cura con suturas o antibióticos, es nuestra fortaleza, la de "darse cuenta" que la persona que pensamos que era nunca existió, más que en nuestro corazón.
ResponderEliminarAsí es... algo muy duro de aceptar y superar. Pero hay que ser fuerte y seguir en pie
EliminarGracias por compartir Auxi, es hermoso!.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste Ale :)
EliminarGracias a ti por leerme y comentar, un abrazo!