viernes, 15 de enero de 2016

El vaivén de las olas


















Me senté en las escaleras de la playa a contemplar el vaivén de las olas. Aquella noche de luna llena tan mágica, sentí como el mar me llamaba.
Parecía que el viento y las olas arrastrasen pensamientos y recuerdos, de aquí para allá. Me sentía tan conectada con el mar, que por un momento pensé que nuestra vida es así... como la brisa del mar y sus olas.
Escuchas las olas ir y venir y te relajas, te sumergues en esa melodía de la naturaleza.
Y es que la vida a veces es como un tsunami, se lo lleva todo y no te da tiempo de reaccionar. Abres los ojos y encuentras un día muy distinto al anterior, con algo de vacío y pesadumbre, esa desolación... como una ola que se lo lleva todo.
Pero siempre hay esperanza de algo mejor. Después de la noche, llega el día y con él un mar más sereno.
Eso debemos tener en cuenta... que de los días grises salen los de color y con ellos una nueva esperanza, una sonrisa, un reto... ¡un nuevo día!

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